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La curtiduría Chouwara es la más extensa de las cuatro curtidurías tradicionales que continúan con vida en el corazón de la Medina Fez el-Bali. En ellas, infinidad de fosas repletas de tintes naturales componen un colorido paisaje mientras se encargan de la producción y coloración del cuero del cordero, el buey, la cabra y el camello.

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Sus fosas con tintes naturales se asemejan a una paleta de acuarelas gigante y bajo el duro sol abrasador, más de 300 familias trabajan en este entorno a través de una cooperativa.

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Las curtidurías se encuentran rodeadas de tiendas con terrazas desde las que se puede observar el duro trabajo de los artesanos. A la entrada de ellas se entregan pequeños ramilletes de menta que a duras penas sirven para mitigar el nauseabundo olor que invade los alrededores de la curtiduría.

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A pesar del hedor insoportable, la curtiduría Chouwara ofrece una de las imágenes más representativas de la ciudad y es imprescindible visitarla para conocer Fez.

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