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Fotografiando el Perú


Perú es un lugar maravilloso. Tiene todo lo que un fotógrafo puede desear: mar, selva, desiertos, montañas inmensas, costas salvajes, culturas ancestrales, misteriosas ruinas, historia, biodiversidad, naturaleza, una gastronomía deliciosa y sobre todo una gente estupenda. Es uno de los países que siempre había querido visitar por todas las fotografías que había visto y cosas que había leído y la verdad es que fue incluso mejor, me sorprendió para bien con creces.

En Perú puedes hacer todo lo que te imagines, desde surfear en sus costas vírgenes, hasta navegar por el Amazonas en la zona de Madre de Dios, o practicar el alpinismo más extremo en montañas míticas como el Alpamayo con sus casi 6000 metros. Yo fui con otro objetivo: fotografiarlo e intentar captar la esencia de sus paisajes y sus culturas.

 

Primera parada: Lima

No tengo mucho que decir de Lima. Llegué allí una mañana de agosto. La ciudad de Lima es una megaurbe de casi 9 millones de habitantes y como la mayoría de las capitales de latinoamerica es un no parar de gente y hay que ir con cierto cuidado. La verdad es que Lima no me interesaba especialmente. No me gustan demasiado las grandes ciudades, especialmente tan masificadas, no se moverme por ellas y me cuestan bastante aunque reconozco que fotográficamente hablando están llenas de posibilidades. Quería estar allí el menor tiempo posible así que me quedé un día. Aproveché para ver el parque Miraflores, la Catedral y callejear por el centro y como no tenía nada que hacer por la tarde me fui a hacer lo más divertido que encontré: volar en paramotor.

Lima me gustó más desde arriba que desde abajo

Cuando volví al hostel por la tarde había una megafiesta montada y yo tenía que coger una avión para Cuzco de madrugada de manera que aproveché y empalmé del tirón. Lo que pasa en las fiestas de los hostels es mejor que se quede allí, así que esta parte me la salto ;) Primera parada: Cuzco

 

Cuzco

Cuzco era uno de los lugares que llevaba años queriendo visitar. Está situada en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en la cuenca del río Huatanay, y fue declarada «capital histórica» del país. Antiguamente fue la capital del Imperio inca, y fue una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú, en cuya época, y en manos de los españoles, se engalanó de iglesias, palacios y plazas barrocas y neoclásicas, que es lo que hoy le convierten en el principal lugar turístico de Perú. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la Unesco, suele ser denominada, debido a la gran cantidad de monumentos que posee, la "Roma de América".​

Otra de sus peculiaridades es que está a algo más de 3000m de altitud, por lo que es habitual sentir algún síntoma del conocido mal de altura o "soroche" como ellos lo llaman. Los síntomas suelen ser un ligero dolor de cabeza, nauseas, aceleración del ritmo cardíaco, malestar estomacal, etc... Esto se debe a que a esta altitud el oxigeno en la atmósfera es menor y nuestro cuerpo lo nota así que para compensarlo acelera el ritmo cardíaco, para que de este modo, el corazón bombee la sangre más rápidamente y así el oxigeno llegue antes al cerebro. Esta es también la razón por la que la gente que vive en terrenos de altura como los Andes o los Himalayas es tan bajita. La naturaleza es sabia.

Como consecuencia de esto, cualquier pequeño movimiento como caminar o subir una cuesta supone un mayor esfuerzo y es precisamente con esto con lo que hay que tener cuidado. Si se hacen sobresfuerzos innecesarios, algo que se quedaría en un leve dolor de cabeza puede llegar a convertirse en una pesadilla. Conviene quedarse al menos 24 horas en el lugar para aclimatar y que el cuerpo compense esa falta de oxígeno.

Llegué a Cuzco a primera hora de la mañana y antes de bajar del avión ya vi a gente agarrándose la cabeza por el malestar. El mal de altura se comporta de manera diferente en cada persona y depende mucho del organismo y la capacidad de oxigenación que tenga cada uno. La verdad es que yo no noté nada en particular salvo que me cansaba antes al subir cuestas o alguna ligera dificultad para dormir por la noche. Para paliar estos síntomas los locales mastican hojas de coca o la utilizan a modo de infusión o té. Nada más llegar al hostal la mujer que lo regentaba me invito a un "tesito de coca" y charlamos un rato. Compré una bolsa de hojas para masticarlas durante el viaje ya que en los próximos días subiría aún más alto.

En Cuzco, debido a la altitud, la atmósfera también es más fina, por lo que el cielo es de un color azul mucho más intenso, lo que para hacer fotografías viene muy bien.

El mercado de San Pedro

Había varias cosas que quería fotografiar en Cuzco. La primera de ellas era el mercado de San Pedro. El Mercado Central de San Pedro es un lugar muy pintoresco y animado. Está en el corazón de la ciudad y se ha convertido en uno de los lugares más visitados en Cusco. Uno de los propósitos principales de los mercados es proporcionar los productos más frescos para los locales, y que mejor oportunidad para ver la vida cotidiana de las personas de la ciudad. Sin duda en Mercado de San Pedro en Cusco, es una de las mejores maneras de experimentar las vivencias diarias de las personas del lugar.

Es un lugar lleno de colores, de alimentos de todas clases y de intensos olores (en ocasiones demasiado intensos). Me recordaba mucho a la plaza del mercado de mi pueblo con las señoras haciendo zumos, los puestos con la carne colgando, lo alimentos pesándose en básculas... Es un ajetreo de gente moviéndose de aquí para allá y puedes encontrar todo tipo de comidas, artesanías, ropas, repuestos, etc...

Siempre me ha gustado fotografiar mercados. Creo que son lugares muy auténticos donde puedes ver el día a día de la gente y la auténtica cultura de un país. Además son un lugar perfecto para conseguir provisiones, probar la gastronomía local o comprar algún recuerdo.

Aquí algunas de las fotos que hice en el mercado de San Pedro:

 

Otra cosa que me llamó mucho la atención en Cuzco son las ropas de la gente. La manera de vestir de la gente es mucho más tradicional, con esos ropajes andinos tan llenos de colores y motivos y esos sombreros de ala. Las mujeres Suelen llevar a sus recién nacidos en una tela llamada unkuña, de manera que tienen las manos libres para transportar otras cosas. Los rasgos también son mucho más indigenas debido a la ascendencia inca.

Una mujer transporta a su bebé en la tela tradicional llamada Unkuña

Los ropajes típicos de los Andes

El sombrero típico de Cusco y las "polleras" las faldas típicas de las mujeres andinas

(pueden llegar a llevar hasta 20 debajo)

La verdad es que que Cuzco me encantó. Fue mejor de lo que me esperaba. Me pareció un lugar con identidad propia, muy colorido y lleno de historia. Curiosamente, caminando por Cuzco a veces tenía la sensación de estar en España. El hecho de que la gente hablase español y esas iglesias neoclásicas me recordaban a lugares como Salamanco o Extremadura.

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Una calle típica de Cuzco

La herencia del periodo de conquista se deja ver por todo el lugar.

 

El muro Inca

Otra de las cosas que quería fotografiar en Cuzco era el antiguo muro Inca. Cuando los incas reinaban en la región, toda la ciudad estaba fortificada. Con la llegada de los conquistadores españoles, se derruyeron los templos y efigies y se construyeron en su lugar iglesias y una catedral. También derribaron el muro principal, ya que según los españoles era tosco y feo y estaba mal construido. En su lugar construyeron otro según los estándares europeos. Lo que los españoles no sabían es que la zona del valle de Cuzco es sacudida por terremotos cada 300 años y que los muros incas tenían dentro de sus piedras un sistema de encajes especial que hacían que las piedras se mantuviesen unidas con las sacudidas. Si en algo eran auténticos maestros los incas era en ingeniería y astronomía. Esto hizo que que el actual muro de los españoles se ganase el sobre nombre de "el muro de los inca-paces".

El muro Inca. Cada piedra se esculpía de manera individual y además contaba con un sistema de encajes antiseismos para protegerlo de los terremotos que azotan la zona cada 300 años.

Justo en este lugar conocí a Daniel. Su verdadero nombre es inca pero no lo recuerdo y si lo hiciese no me atrevería a pronunciarlo. Juntos callejeamos un rato, me hizo de guía y me contó un poco la historia de la ciudad y cosas sobre la mitología inca. Un chaval estupendo, estudiaba artes en la universidad de allí, un gustazo encontrarse gente así. También me presento a un chaval que vivía allí y que tuvo un pequeño papel en la película "Diarios de motocicleta". El chaval estaba ya muy crecidito pero recuerdo la escena, era el chico que guiaba a Ernesto y Alberto granados por el muro:

Al despedirnos mi amigo Daniel me dijo que se sentía orgulloso de su nariz inca y que por favor le hiciese un retrato

Y así transcurrió mi primer día en Cuzco, callejeando, conociendo gente y haciendo fotos. Lo aproveché bien ya que hice fotos desde que salió el sol, hasta que se puso. Estaba muy emocionado, un sólo día y ya había hecho más de 700 fotos. Después me quedé otro día para aclimatar un poco más y seleccionar y editar las fotos antes de poner rumbo a mi siguiente destino: Machu Picchu.

 

Rumbo a Aguascalientes:

Hay dos maneras de llegar hasta Machu Picchu. La primera es coger un tren muy caro que sale de la estación de Cusco y en unas tres horas y media llega a Aguascalientes, el pueblecito que está en la base de la montaña y que sirve como punto de partida hacia las ruinas.

La segunda es coger un microbus o coche que te lleve por un recorrido de montaña en un viaje de más de siete horas hasta una central hidroeléctrica perdida en medio de las montañas, y desde allí caminar 16 kilómetros hasta el pueblo de Aguascalientes por las vías del tren.

Para mi la elección fue muy simple, entre gastarme 90 dólares es un tren y viajar sentado a un viaje caminando entre la naturaleza y conociendo gente elegí la segunda. Y que elección tan acertada. ¡A la aventura!

Cogí el la micro por la mañana y aproximadamente a las 3 de la tarde llegamos a la Hidroeléctrica. En el viaje conocí a un chileno y una argentina y unas Chicas Israelíes así que nos pasamos todo el viaje charlando. Una vez allí los dos primeros se tomaron el tren y el resto nos pusimos en marcha a pie hasta Aguacalientes ya que hay que llegar antes de que anochezca.

El camino a Aguascalientes transcurre entre las montañas

Aquí dejo la ruta por si alguien se anima:

El camino es genial. Transcurre a lo largo del río y hay que ir cruzando de un lado de la vía a otro constantemente para seguir la senda. Es un camino chulísimo que va entre las montañas en plena selva, justo el los comienzos del Amazonas y en el transcurso vas conociendo gente muy interesante. Además encuentras pequeños puestos con gente que sabiendo que pasamos por ahí aprovechan para vender bebidas o fruta.

Cada cierto tiempo el tren pasa y hay que apartarse de las vías

Llegamos a Aguascalientes justo al caer la noche iluminada por montones de luciérnagas. Es un pueblo muy pequeño y básicamente vive del turismo y el hospedaje y por supuesto los precios están inflaods. También tiene unas aguas termales (de ahí su nombre) y poco más. Un sitio pequeño pero muy acogedor. Esa misma noche empezaríamos la subida a las ruinas.

El pueblo de Aguascalientes

 

Machu Picchu

El ascenso a Macchu Picchu comienza a las 4 o 5 de la mañana. Se puede subir hasta el complejo de las ruinas en autobus o caminando. La subida dura unas dos horas y media si se opta por ir a pie. Una vez arriba solo hay que hacer cola y esperar a entrar.

Machu Picchu (Montaña Vieja) es un antiguo poblado andino construido antes del siglo XV en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu, Putucusi y Huayna Picchu.

Machu Picchu habría sido una de las residencias de descanso de Pachacútec, noveno inca del Tahuantinsuyo entre 1438 y 1470. Sin embargo, algunas de sus mejores construcciones y el evidente carácter ceremonial de la principal vía de acceso al complejo dan cuenta de su origen anterior a Pachacutec y a su presumible utilización como santuario religioso.

​Es considerada al mismo tiempo una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería. Sus peculiares características arquitectónicas y paisajísticas, y el velo de misterio que ha tejido a su alrededor buena parte de la literatura publicada sobre el sitio, lo han convertido en uno de los destinos turísticos más populares del planeta. Es un lugar mágico y reconozco que es uno de los lugares más increíbles que he visto en toda mi vida. Tiene una energía especial. Simplemente brutal.

Machu Picchu con la luz de mañana

El sistema de Terrazas fabricado por los Incas hoy se considera una obra maestra de la ingeniería

Increíble caminar por las ruinas de Machu Picchu. No podía dejar de pensar como habrían construído esa ciudad y además en ese enclave tan inaccesible. Los canales de agua, el sistema de terrazas para las plantaciones...una auténtica barbaridad de verdad. Tengo muchísimas fotos de Machu Picchu y cada vez que las veo sigo alucinando.

Después de tres o cuatro horas dando vueltas por el complejo venía lo mejor. No me bastaba con ver Machu Picchu, quería verla desde lo alto así que con un amigo alemán que hice allí nos pusimos a subir la Montaña. Tiene unos 3100 m de alto y la subida está totalmente hecha con escalones tallados. Pero no esos escalones perfectos y regulares que subes cuando vas a tu casa, no. Si no escalones de 50 cm de alto y totalmente irregulares. No recuerdo cuantos eran pero se que eran miles.

En la subida no parábamos de ver gente que descendía y nos decían que se habían dado la vuelta, pero eso no nos detuvo, al contrario, nos dio más ganas de llegar hasta arriba. Recuerdo que mientras subía los escalones los miraba y pensaba: si a mi me está costando subirlos ¡como tuvo que ser esculpirlos! Durante la subida encuentras varios miradores dónde se puede fotografiar una estupenda panorámica de la ciudadela y una bellísima estampa de los Andes.

A medio camino de la cima

Las escaleras de la muerte

Los Andes

Una vez en la cima creo que pegué la bocanada de aire más grande de toda mi vida. Es un desnivel muy pronunciado y lo subimos en tiempo record. Eso sí una vez en la cima te das cuenta de que ha merecido muchísimo la pena. Dese arriba se veía todo. Desde la hidroeléctrica desde la que caminamos, hasta Aguascalientes y justo detrás de la ciudadela la cima del Huayna Picchu.

Muy contento en la cima del Machu Picchu

La bajada fue mucho más rápida y bajamos con un hambre que no nos aguantábamos así que después de comer algo volvimos hasta Aguascalientes y allí nos despedimos. En el camino de vuelta hasta la hidroeléctrica volví solo, apenas me encontré con nadie hasta que justo en mitad del camino me topé con mis amigas israelíes y volvimos juntos a Cusco.

El camino de vuelta a la Hidroeléctrica

 

Bahía de Paracas

Después de pasar otro par de días en Cusco viajé hasta Paracas. Paracas es un pequeño pueblito pesquero que está en la costa del Perú. Es un sitio muy acogedor, un lugar muy pequeñito pero muy agradable y tranquilo justo a orillas del pacífico. Lo más mágico de este sitio es ver como el desierto se encuentra y se fusiona con el océano.

No sólo tiene un gran encanto natural si no que Paracas fue además donde el General San Martín comenzó la campaña de liberación del Perú, y dónde se dice que se le ocurrió el diseño de los colores la bandera del país en un sueño.

En este enclave había dos cosas que quería fotografiar: la primera la reserva nacional de Paracas. La segunda las Islas Ballesta, un pequeño archipiélago habitado por lobos marinos a pocos kilómetros de la costa.

El pueblito pesquero de Paracas

Reserva Nacional de Paracas:

La Reserva Nacional de Paracas es una zona protegida del Perú que fue declarada como tal el 25 de septiembre del año 1975. Fue creada con el fin de conservar una porción del mar y del desierto del Perú, dando protección a las diversas especies de flora y fauna silvestres que allí viven. También tiene como fin conservar una muestra representativa de los ecosistemas marinos del mar frío de la Corriente Peruana o Corriente de Humboldt, considerado por los especialistas como el más productivo de la Tierra, además de mantener los ambientes utilizados por una amplia variedad de especies migratorias para su alimentación y refugio durante sus largas travesías anuales.

En Paracas el desierto abraza al océano bajo un clima templado

Playa roja, un lugar de descanso para las aves migratorias

Siempre me han gustado los espacios vacíos. Los desiertos, las llanuras, las planicies... en ellos se puede respirar y el paisaje te permite lanzar la vista hasta el horizonte, hasta que éste desaparece. En Paracas puedes ver como la Carretera Panamericana Sur corta la tierra en dos a escasos metros de la playa. Me recordó un poco a la isla de Lanzarote, con ese terreno volcánico justo al borde del mar, pero mucho más desolado. Dan ganas de ponerse a correr.

Ya que estaba en esta zona pesquera aproveché también para probar el famoso Cebiche, el plato por excelencia de la gastronomía peruana. Consiste en pescado crudo o carne marinada en aliños cítricos. ​Entre los cítricos que mayormente son empleados están el limón y la lima ácida, aunque históricamente se usó la naranja agria. El aliño incluye además alguna variedad local de ají o chile, reemplazado por mostaza en algunas localidades de Centroamérica.

Cebiche de pescado con limón

Los diversos hábitats de la reserva de paracas, hacen de ella un sitio ideal para el descanso y alimentación de aves migratorias de orilla como también de mamíferos y reptiles. Entre las especies de aves amenazadas que se protegen en la reserva está el pelícano peruano, con diferencia el animal más fácil de ver por aquí. Siempre están merodeando por el puerto esperando a que los pescadores les den algo de pescado para comer.

Un pelícano peruano en plena pesca

Entre los mamíferos terrestres destacan el zorro andino y el costeño y entre los mamíferos marinos destacan la nutria, el lobo fino y el lobo chusco, además de especies de cetáceos migratorios y residentes como la ballena jorobada, el delfín oscuro o chancho marino, el tonino o marsopa espinosa , el delfín nariz de botella o bufeo, entre otros.

La Reserva Nacional de Paracas también es un importante paradero en la ruta migratoria de cuatro especies de tortugas marinas - la tortuga de dorso de cuero, la tortuga carey la tortuga verde y la tortuga pico de loro que, por su carne y su caparazón son cazadas y depredadas por el hombre y su encuentra al borde de la extinción.

Otra de las cosas que más me gustan de los desiertos es que a pesar de que aparentan estar vacíos siempre esconden misterios. Este es el caso del Candelabro. El Candelabro, ubicado al noroeste de la bahía de Paracas, es un geoglifo (canales o líneas grabados en roca) que tiene una extensión de 120 metros. Está grabado en roca de color crema, pero mayormente tapado con arena. La arena nunca llega a borrarlo por completo debido a los vientos que siempre están quitando el exceso de arena de los canales.

Se cree que el candelabro de Paracas tiene relación con las líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana. La mejor forma de apreciar este geoglifo es desde el mar y los tours a las Islas Ballestas siempre pasan y paran algunos minutos para que la gente pueda tomar sus fotos.

La misteriosa y enigmática figura de El Candelabro

En definitiva, Paracas un lugar increíble que asombra por la inmensidad de su vacío, y dónde da gusto perderse. Afortunadamente...

 

Las Islas Ballesta

Las Islas Ballestas es un grupo de islas unos kilómetros mar adentro y quería fotografiarlas por que tienen una peculiaridad. Son un santuario de biodiversidad y albergan una de las mayores colonias de lobos marinos de Perú. Están compuestas por formaciones rocosas donde se encuentra una importante fauna marina con aves guaneras como el guanay, el piquero y el zarcillo principalmente, destacan islas Ballestas Norte, Centro y Sur cada una con una superficie estimada en 0,12 km².

Es necesario ir en barco para verlas y hay que ir con cierto cuidado para no alterar la vida de los animales. También alberga una colonia inmensa de pelícanos y cormoranes.

Resulta también de especial interés cuando se está cerca de estas islas, el escuchar los gritos de las manadas de lobos. Da la impresión de estar rodeado por estos animales prácticamente casi 360 grados. El espectáculo auditivo es especialmente singular e inigualable. Estos lobos de mar son inofensivos.

Los lobos marinos Son de color pardo oscuro cuando son adultos y negro cuando son jóvenes. Los machos adultos habitualmente pesan unos 300 kg, el doble que las hembras, y poseen una capa de pelo castaño rojizo sobre el cuello. Viven en colonias de unos 15 individuos, formadas por el macho, su harén, y unos pocos jóvenes. Durante el verano, en diciembre y enero, se trasladan a parir a sitios protegidos donde se congregan miles de ejemplares. La gestación dura casi un año, pariendo una sola cría. Durante la época de reproducción, los machos entran en combate por el control de su territorio y por las hembras, y es usual que no se alimenten en ese periodo. Viven entre 25 y 50 años.